26 de noviembre de 2006

Gualeguaychú

Texto publicado hoy en el diario El Debate-Pregón, de Gualeguay.

–Lucha porque no se va a resignar a la indignidad. Siempre va luchar y, por lo tanto, siempre va a ganar, por más que Botnia comience a funcionar. Gualeguaychú no lucha para ganarle al mundo. ¿Acaso podría, sola? Todos los diarios admiten como al pasar, y tengo los recortes, que la concesión del crédito a Botnia fue una decisión irrefrenable de los países centrales. ¿Por qué las potencias mundiales se comprometen activamente en la lucha por instalar una lejana planta productora de pulpa de papel? Por eso, porque es lejana: ellos ya dijeron “No a las papeleras” en su territorio, de modo que Botnia, Ence y semejantes se tienen que ir, por no decir que vienen llegando. Lamentablemente ningún diario titula aquí: “Los países centrales insisten en apoyar el negocio de Botnia”.

–Y encima se suele acusar al gobierno por no acertar con una estrategia legal y diplomática eficaz.

–Como si valiera alguna estrategia. Probablemente todo lo que se ha hecho podría haberse hecho mejor, pero en esencia el resultado no hubiera cambiado. Apuntar contra el gobierno me parece absurdo, porque es evidente que la verdad está en otro lado. Mientras tanto, el pueblo de Gualeguaychú, acostumbrado a hacer de sí mismo lo que quiere ser, se encuentra por primera vez sometido a un destino que no eligió. Y que puede ser funesto. Me parece impiadoso, entonces, que se lo acuse por los cortes. Es verdad: los piquetes violan normas nacionales e internacionales y afectan el derecho de transitar de sus propios compatriotas. Pero ¿podés aplicarle la ley, sin más, a quien protesta porque no lo protege la ley? Sería inmoral mientras siga siendo víctima. Recordá, además, que el gobierno uruguayo continúa violando el Estatuto del Río Uruguay: acaba de autorizar a Botnia a tomar del río el doble de agua de lo previsto en el proyecto original, así que ahora, en vez de 30 millones de metros cúbicos anuales, podrá tomar 60. Y no me vas a decir que lo hizo como represalia por los cortes de ruta…

–No, ¿por qué tendría relación?

–Porque un gran diario argentino presenta sistemáticamente los cortes de ruta como los provocadores de la crisis diplomática con Uruguay, cuando evidentemente son sólo un aspecto. En la visión de ese matutino, el problema de las papeleras ya no existe, parece haberse resuelto: el verdadero problema son los cortes. Más vale no pensar adónde puede conducir esa demonización, pues Gualeguaychú no se va a mover de la ruta mientras no se respeten los derechos humanos de su pueblo. Y no es terquedad. Es responsabilidad. Gualeguaychú decidió siempre su destino y no se resignará a perder su libertad. Porque eso es responsabilidad, dice Fernando Savater en “Ética para Amador”: la posibilidad de hacerse libremente, acto tras acto, con la conciencia de estar inventándose, construyéndose, definiéndose. Siendo lo que se es, sólo se puede seguir siéndolo. Y Gualeguaychú está allí, en la ruta, en defensa de su ser.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo una pregunta ingenua.
Quién financia a los ambientalistas?
Es tan ingenua que posiblemente no me contesten?
Alfredo Da Rosa

pablich dijo...

Estimado Alfredo, me encantaría debatir contigo, pero no comprendo tu pregunta. ¿Me aclararías lo que querés preguntar? Te contesté lo antes que pude. Saludos.

Anónimo dijo...

HAGAMOS QUE MUERDAN EL MISMO POLVO: en lugar de dejar que la papelera ENCE se mude a otra parte del rìo del lado URUGUAYO ofrezcamos e incentivemos que se mude al lado Argentino frente a las costas uruguayas de SALTO donde los uruguayos invirtieron fortunas en SPA y hoteles saludables.
Que les parece si movemos esta postura?
Ence lo mismo se va a instalar, quizá enotra parte del río y donde nos moleste a nosotros y no a ellos, mejor que les moleste a ellos y no a nosotros.

Enrique Avogadro dijo...

Pablich,

Siguiendo tu sugerencia, leí este post. Muy bueno, por cierto. Insisto en lo que dije antes: ¿qué se debate? Si las papeleras contaminan y las están echando de Europa, hagamos ruido por ese lado. Pero tiene que estar muy bien fundamentando. Y hasta ahora (supongo que por la campaña de relaciones públicas de Botnia!) uno tiene la sensación de que no ensucian tanto, que ahora son más modernas, igual de feas, obviamente, pero menos contaminantes. Hay que hacer fuerza por ese lado. Slds.

pablich dijo...

Yo creo que debería surgir prístino que los derechos de Uruguay terminan donde comiezan los del pueblo de Gualeguaychú. Por más "limpias" que sean las industrias, si perjudican la salud, contaminan, no importa el grado si pensamos en que Gualeguaychú resultará afectado y que no tiene por qué considerársela obligada a soportar la extralimitación uruguaya.

De todos modos, creo que tenés razón. El ruido debe hacerse por ese otro lado. Es cuestión de hacerse de la documentación.